jueves, 11 de noviembre de 2010

Sentimientos al vacío VI: Soledad...

Por un momento permaneció inmóvil, impávido mirando al infinito de una estéril imagen en movimiento parida por el vetusto televisor que iluminaba el comedor de su sencillo apartamento. A los cinco segundos, cuando por fin logró despertar de su espontáneo letargo, comenzó a sentir cómo el frío dolor del vacío le calaba todos y cada uno de sus huesos. Sus labios comenzaron poco a poco a cortarse, fruto del olvido del dulce rocío de un beso trémulo, sus manos se agrietaban sin sentido, quizás faltas del cariño de una sutil caricia, y la cruel soledad del que tan sólo se tiene a si mismo, destrozaba su sumiso corazón a la velocidad que mil preguntas sin respuesta sobrevolaban el infierno que moraba en su cabeza.

miércoles, 27 de febrero de 2008

Sentimientos al vacío V: Despedida...

Él no supo, seguramente porque tampoco quiso, descifrar si el último beso fue quizás el más buscado e intenso, si el último abrazo el más deseado y explícitamente pospuesto, pues lo único que realmente le importaba era estar allí, aunque perdido e incrédulo, esperando impasible que la apática silueta de aquel tren cortara el gélido aliento de ese nuevo amanecer que empezaba ya a desperezarse en el viejo anden de la longeva Estación Central. Ella acababa de acomodarse en el cálido regazo de su asiento, tras dejar a buen recaudo el capital equipaje que conformaban todos esos sentimientos que plácidamente descansaban encadenados a cada uno de sus recuerdos compartidos. Desde allí, silenciada por el estrecho muro de cristal de su diminuta ventanilla, quiso decirle algo que él creyó intuir fue un “te echaré de menos”. “Yo también”, susurró gesticulando lo más que pudo, en un incierto esfuerzo porque ella recibiera su escueto mensaje tiznado por el desinterés del cariño.
Y entonces el tren emprendió un viaje que su razón marcó hace tiempo con el amargo dolor del sinsentido, mientras la abyecta soledad comenzaba a anegar el desdibujado horizonte que se perdía en el confín de sus ojos compungidos. Tras la tenue brisa con intensa fragancia de pavor al olvido, el lento caminar ante él del último vagón le arranco un “te quiero” sincero, trémulo, agónico, y por supuesto y sin duda, sentido.

miércoles, 20 de febrero de 2008

Sentimientos al vacío IV: Cotidianidad...

Tímidamente el silencio se desvaneció entre los ecos de un menguado susurro: “te quiero”. Él la observaba impasible, sus manos habían dejado de seguir hacía algún tiempo los senderos que reposaban plácidamente en cada pliegue de su hermoso cuerpo, tal vez porque la conocía, porque esperaba inquieto que ocurriera algo parecido. Ella abrió lentamente los ojos, y con la terca ilusión del deseo intentó buscar en los suyos toda esa pasión que intuía debía encerrar tras el brillo intenso de sus pupilas. Él rozó cálidamente la tersa piel de su cara con la yema de los dedos, y con la voz tomada por el afecto le dijo turbado: “sabes mi vida que yo siento exactamente lo mismo”. Fue entonces cuando sus pérfidas miradas se entrelazaron, cuando sus humildes sentimientos anegados por la rutina se solaparon, cuando sus labios se encontraron para dar por fin sentido a un beso, y acabaron, sin saber cómo, fundidos entre la sinrazón que les podía otorgar el violento calor de un abrazo. Cada uno, refugiado ya en la fingida privacidad de aquel rincón que hace tiempo encontraron en su lecho, derramó de nuevo una única lágrima, gota del dolor frío de lo estrictamente cotidiano.

domingo, 17 de febrero de 2008

Sentimientos al vacío III: Amarte en silencio...

Hacia dónde se fueron todas tus palabras que sin más me llenaban de ti cada día, hacia dónde pudo marchar tu mirada que con su fulgor iluminaba cada amanecer del despertar de mi vida, dónde estará ahora la dulce locura de tu sonrisa, con ella se fue para siempre de puntillas mi alegría, dónde estarán tus labios, dónde estarás alma mía. Sabes que nunca he podido evitar pensar en ti, y más ahora, cuando este vacío ahoga por completo mis ilusiones, mis esperanzas, mis sueños. Jamás me perdonaré el perderte, jamás el tenerme que conformar con amarte en silencio...

viernes, 15 de febrero de 2008

Sentimientos al vacío II: En tus manos...

Dejo en tus manos el lánguido devenir de mis días, la etérea manija que mueve una a una todas mis ilusiones, mis esperanzas, mis sueños, mis más sinceras y veladas emociones. Te entrego cada gota de felicidad que pueda nacer en mis ojos, el silencio previo a cada suspiro ahogado, la eterna pasión que atesoran con fiereza mis anhelos, ese latir sin sentido que en mi pecho evoca tu simple presencia, infinitos sentimientos disfrazados de palabras que creí perdidas hace tiempo en la perpetua soledad del olvido… Ahora preserva tú todo ese amor que poco a poco en mí despiertas, sin él se apagan las luces de mi mañana y el frío inunda mis entrañas, sin ti, sin ti a mi lado no soy nada…

jueves, 14 de febrero de 2008

Renacimiento...

Hoy renace de sus cenizas "Amarte en soledad". Después de un tiempo alejado de este blog, lo retomo con nuevos aires, con nuevos senderos por descubrir, con un nuevo horizonte como meta. Espero que disfrutéis de él tanto como yo lo haré al alimentarlo con toda la ilusión de mis humildes palabras.

Un saludo a tod@s,
Kalidra

Sentimientos al vacío I: Si pudiera...

Si pudiera escribir en prosa qué es lo que siento, por qué suspiro, por qué sonrío cuando me acarician tus palabras entremezcladas con el viento, sabrías que me estremezco cuando estás cerca y que te extraño cuando te alejas, que inyectas ilusión en mis venas cada vez que te veo y se marchitan mis flores en tu ausencia, que empiezo a quererte más y a imaginármelo menos, y tal vez sea que estoy empezándote a amar, si deseas regalarme esperanza aquí te espero…